Nació en San Luis Potosí el 23 de enero de 1880. Sus padres
fueron el Lic. Conrado Díaz Soto y doña Concepción
Gama Cruz.
Hizo sus estudios primarios en el Instituto de la Inmaculada Concepción,
bajo la dirección de don Eustacio Guerrero. Después cursó
la preparatoria y su carrera profesional en el Instituto Literario de San
Luis Potosí.
El padre del Lic. Soto y Gama fue mal visto por los ricos de San Luis
ya que se prestaba a las sucias maniobras de ellos; y ante ese boicot,
tuvo que trasladarse a la ciudad con una tía para que continuara
sus estudios en el Instituto.
Antonio Díaz Soto y Gama, siendo aún estudiante, ingresó
en el club liberal "Ponciano Arriaga", y ocupó en esta
agrupación los cargos de secretario y de vicepresidente. Fue perseguido
y encarcelado por el gobierno porfirista por haber celebrado este club,
el año de 1901, el Congreso Liberal al que concurrieron representantes
de la mayor parte de las agrupaciones liberales del país. En este
congreso trabó amistad con el gran orador don Diódoro Batalla.
Soto y Gama, al salir de prisión, siguió militando en
las filas de la oposición, por lo que estuvo preso dos veces en
San Luis Potosí, una en Pino, Zacatecas, y otra en la ciudad de
México.
En el año 1901 se recibió de abogado, y dos años
más tarde tuvo que trasladarse exiliado a los Estados Unidos, en
donde estuvo con Camilo Arriaga. Para poder subsistir allí, dio
conferencias y escribió en el periódico "Reforma Social"
del Paso, Texas.
En 1904 regresó a México y colaboró en los periódicos
"El Colmillo Público" y "El Vesper", semanarios
de la oposición en la capital de la República.
Al caer la dictadura porfirista, continuó su labor periodística
en el "Diario del Hogar" y en "Regeneración",
periódicos liberales de la capital.
En 1912 presentó, con Juan Sarabia, importantes proyectos en
la XXVI Legislatura del Congreso de la Unión, sosteniendo la tesis
de restituir y dotar de ejidos a los pueblos de México. En ese mismo
año, Soto y Gama fue uno de los fundadores de la Casa del Obrero
Mundial.
A fines de 1913, Soto y Gama se incorporó a las fuerzas zapatistas
y fue comisionado por el Gral. Zapata para asistir a la Convención
de Aguascalientes; durante esa reunión se destacó por sus
brillantes discursos que en una ocasión llegaron a originar un tumulto
entre los convencionistas. En esta pieza oratoria se sentaron las bases
para que la convención hiciera suyos los postulados del Plan de
Ayala en materia agraria.
Al morir Zapata, Soto y Gama prestó su colaboración a
Gildardo Magaña, que continuó como jefe del Ejército
Libertador del Sur.
Al triunfo del Plan de Agua Prieta, el año 1920, Soto y Gama
regresó a la ciudad de México, y el 13 de junio de ese mismo
año fundó el Partido Nacional Agrarista y pidió al
Gral. Obregón el reparto de las tierras a los campesinos.
En cuatro legislaturas fue diputado al Congreso de la Unión,
entre los años 1920 y 1928.
En 1937, Soto y Gama fue llamado a la Universidad de México para
que impartiera las cátedras de Historia de México y de Derecho
Agrario, en la Escuela de Jurisprudencia.
Durante la administración del Gral. Cárdenas fue abogado
consultor de la Secretaría de Agricultura.
Su labor como articulista en la prensa nacional fue muy fecunda y en
sus últimos años escribió su obra La Revolución
Agraria del Sur y Emiliano Zapata, su Caudillo.
Soto y Gama siempre vivió entregado a sus ideales, viviendo modestamente
con su familia, compuesta por su esposa y sus doce hijos.
En 1958, el Senado de la República le otorgó la alta distinción
consistente en la condecoración "Belisario Domínguez".
Falleció el 14 de marzo de 1967 en su domicilio de la ciudad
de México y fue sepultado en el Panteón Español. A
su última morada lo acompañaron miles de campesinos del país,
en reconocimiento a su incansable defensor.