MANIFIESTO DEL GRAL. GILDARDO MAGAÑA
AL PUEBLO DE MORELOS
Algunas comisiones de diversos pueblos del Estado
de Morelos se han acercado a mí expresándome sus deseos
de saber la resolución del asunto relativo a la organización
administrativa y política de dicha Entidad y ofreciéndome
expontaneamente su adhesión a mi candidatura para el gobierno
provisional, sostenida por la mayoría de los jefes revolucionarios
del Sur.
Apenas manifiesta esa voluntad de ciudadanos
armados y civiles, la intriga esparcio alrededor de mi humilde personalidad,
gratuitas versiones que han obstruccionado hasta hoy el definitivo
arreglo del asunto morelense, haciendo creer que una ambición
personal a la que siempre he sido ajeno me animaba aceptar y sostener
la decisión de mis fieles compañeros de lucha.
No quise entonces que lo que aún sigo
considerando un deber para con ellos, se interpretara por otros como
producto de mal sana intensión y convencido de que no solo
desde la primera magistratura del Estado de Morelos se puede hacer
obra en bien de sus habitantes, ya sea velando por el fiel cumplimiento
de las promesas revolucionarias, como colaborando activamente para
acrecentar su indiscutible futuro progreso, decliné franca
y voluntariamente la inmerecida y honrosa distinción que tanto
los pueblos como los jefes surianos se dignaron dispensarme.
Juzgo, pues, de mi deber dirigirme a los habitantes
todos del heroico Estado, para hacerles saber que eliminado Carranza
de la política nacional y unificada la revolución mexicana,
el deber primordial de los que hemos luchado por verdaderos ideales,
es trabajar por la sangre hermana derramada durante los largos años
de lucha, no sean estériles y que las aspiraciones de los mexicanos
queden justamente satisfechas.
En ese sentido, como ayer, en el campo revolucionario,
donde juntos compartimos las múltiples asperezas de la campaña,
hoy y mañana, dentro del amplio campo de las actividades, que
descubre para el futuro la pacificación de Morelos, me sentiré
satisfecho con poner al servicio del progresista Estado y en provecho
de sus habitantes, con quienes me ligan sagrados compromisos, mi bien
humilde, pero mejor intencionado contingente.
Terminada la lucha armada es urgente resucitar
todas las fuentes de riqueza que encierra el rico suelo del sur, y
para ello, es indispensable que todos sus habitantes tengan las más
amplias garantías, la más completa seguridad de que
no serán perjudicados en lo más minímo por la
arbitrariedad de algunos elementos de desorden que nada extraño
tienen que existan despues de una etapa revolucionaria.
Tenga la seguridad el abnegado y sufrido pueblo
de Morelos de que todos los que presenciamos su titánico esfuerzo,
realizado bien sabemos con cuantos sacrificios, procuraremos que se
les haga justicia plena y tengan también la certeza nuestros
fieles y antiguos compañeros de que velaremos siempre porque
queden satisfechas las aspiraciones que los llevaron a la revolución
encabezada por el inolvidable mártir de Chinameca, Emiliano
Zapata.
México, D.F., a 27 de junio de 1920.
Gildardo Magaña.