EJERCITO LIBERTADOR DE LA REPUBLICA
MEXICANA.
Al C. General Emiliano Zapata.
Jefe Supremo de la Revolucion.
Su Campamento.
Agosto 1914.
El hecho de permanecer en las cercanías
de la Capital de la Republica, teniendo a cada momento que ponerme
en contacto con diversas personas, cuya variedad de opiniones he podido
analizar detenida y serenamente, desde el punto de vista [de] nuestros
ideales: la circunstancia misma de haber observado con tiempo los
procedimientos y conducta política de Venustiano Carranza y
sus adlateres (todos los maderistas) me han hecho llegar a esta conclusion
por lo que respecta a nuestra actitud del futuro, si hemos de tener
en cuenta que el Lic. Carvajal abandonó ya el poder y que en
breves días los carrancistas ocuparán la ciudad de Mexico,
para lo cual entraron en tratados los dos bandos, llegando a una solución
favorable para sus mezquinos y bastardos intereses: no entraremos
ni podemos entrar en tratados con los carrancistas, sino es sobre
la base de reconocer sin condiciones el PLAN DE AYALA: y aún
en este caso, es bien peligroso aceptar transaciones, porque puede
darse el caso de que nuestras pretenciones sean aceptadas momentaneamente,
teniendo de antemano preparado ( de antemano) un desastroso plan que
por lo menos nos desorganice y desoriente, haciéndonos después
dificil la continuación de la lucha; tenga Ud. presente que
Carranza es un reconocido burgués y sus mas adictos partidarios
o son los inconcientes alucinados por los falsos brillos de un triunfo
muy efímero y dudoso o son los ambiciosos encanallados, que
como tales se distinguieron en los tiempos del extinto Madero.
Reconocidos pues, como hombres infidentes, intrigantes
vulgares y luchadores de conveniencia, entrar en tratos con ellos,
antes de someterse sin taxativas a nuestros principios e ideales,
es poner en tela de juicio nuestra honradez y dar margen a que se
dude de las declaraciones terminantes que en varias ocasiones se han
hecho, en lo referente a nuestra actitud inconmovible en tanto que
no triunfen las legitimas aspiraciones nacionales y los ideales del
Pueblo.
Tenga Ud. presente señor General que en
el Norte de la República y bajo las órdenes de tal o
cual jefe, militan muchos hombres de convicciones, que por ningun
motivo pueden aceptar y hacer suyos los mezquinos ideales del Plan
de Guadalupe y que al declararse Carranza Presidente de la República,
no encontrando satisfechas sus legitimas aspiraciones ni garantizados
los intereses del Pueblo, vendrán a engrosar las filas de la
Revolución del Sur, única capaz de restablecer el "orden
humano" en nuestro País sin más compromiso que
el de alcanzar la redención de las masas únicas sostenedoras
y protectoras de la Revolución que han llamado del Sur. Esos
hombres, secundarán nuestros esfuerzos y colaborarán
con nosotros hasta la consumación de la obra. As¡ es
que, aún que parezca que vamos a quedar solos en la lucha,
no será as¡ y aun que as¡ fuera, lograríamos
demostrar una vez más que no tenemos ambiciones de mando, que
no nos deslumbra el Poder y el ideal nos mantendrá vivos y
fuertes, a travez de todas las vicicitudes y de todas las tempestades.
Ante estas consideraciones, bien serenas por
cierto, no hay mas que esperar el recrudecimiento de la lucha, teniendo
en consideración que en lo futuro, el enemigo, si no más
fuerte que nosotros, sera superior a los federales y los combates
serán mas terribles, y en general, la situación cambiará
para nosotros, contando con mayores dificultades que las encontradas
hasta la fecha. Por mi parte y teniendo en cuenta lo que llevo dicho
ya me preparo a hacer todo género de provisiones tanto de guerra
como de boca ,y conquistar todo el mayor número posible de
partidarios, para lo cual pronto me ocuparé del asunto de las
tierras de Iñigo Noriega y otros terratenientes de Texcoco,
a fin de que si es posible, esa tierras sean cultivadas provisionalmente
por los desheredados de la región quienes se verán obligados
a defender sus labores con las armas en la mano.
Sabemos, por ejemplo, que Carranza entra el proximo
domingo a la ciudad de Mexico y que su ejército viene completamente
dividido en opiniones; en este caso, nuestro trabajo se reduce a librar
los primeros combates con buena fortuna, que luego, la desmoralización
más completa se apoderará de sus ánimos y no
tendrán más que reconocer a la "revolución
del Sur". Dicese tambien que ya entraron en Mexico los carrancistas,
procediendo desde luego a desarmar a los federales existentes alli
y a poner en libertad a los presos y que hasta relevaron ya el destacamento
de Xochimilco.
Sea cual fuere la verdad de lo que ocurre, el
hechos es que tenemos ya un nuevo enemigo enfrente y que debemos aprestarnos
a combatir nuevamente en defensa de nuestro derecho y de nuestros
ideales.
En mi concepto y sin pérdida de tiempo
creo que debemos proceder a organizarnos lo mejor posible, procurando
establecer un orden completo en el terreno que ocupamos, restableciendo
en primer termino, todas las vías de comunicacion, base de
una movilización rápida y eficaz. Además, creo
de suma urgencia la organizacion de un comité de propaganda,
integrado por los más activos e inteligentes miembros de la
Revolucion, que por medio de la imprenta y por medio de giras que
recorran hasta los pueblos mas pequeños, traten de arraigar
las ideas embrionarias de que se hallan poseidos los vecinos de esos
pueblos, en su mayoria analfabetas, y llevar a la lucha el mayor numero
posible de hombres, haciendoles ver que es preciso defender la tierra
conquistada que empieza a fructificar regada con la sangre de un sin
número de víctimas propiciatorias.
Con objeto de llevar a cabo una activísima
propaganda por medio de la prensa, ahora que las Fábricas de
papel de San Rafael y Anexas se hallan en nuestro poder, urge trasportar
por el ferrocarril el mayor número de bultos de papel, reconcentrandolo
en Yautepec, Jojutla, Iguala y Chilpancingo. Hay que inundar de papel
impreso a toda la República.
Son las anteriores, mis observaciones y mis ideas
respecto de la situación actual y así, sinceramente,
las trasmito a Ud. para que aproveche de ellas lo que considere bueno
y provechosos para la lucha que en breve continuaremos.
Protesto a Ud. las seguridades de mi atenta consideracion.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Cuartel General en Milpa Alta,
16 de agosto de 1914.
Ingeniero Angel Barrios. [Rúbrica.]
Nota: Solo por quedarme tranquilo de haber hecho
todo lo que he podido remito a Ud. estas hojas que encierran mis pensamientos
y observaciones: pero dado el poco caso que se ha hecho de mis trabajos
y la forma como han sido interpretados, no espero otra cosa que lo
que ha sucedido siempre.