MARCIANO SILVA
18?? - 19??

 

Fue originario del pueblo de Tilzapotla del Municipio de Puente de Ixtla, Mor., pero sus padres se trasladaron a trabajar a la hacienda de Treinta en el Municipio de Tlaltizapán. En este lugar se incorporó a las huestes zapatistas en 1912 y habiendo quedado inválido, siempre anduvo en los campamentos revolucionarios escribiendo y cantando sus composiciones musicales en las que relata las hazañas de los distintos jefes que militaban al mando de Emiliano Zapata.

Uno de los primeros corridos fue el del Quinto de Oro que tenía cadencia de danzón, en el que recuerda la hazaña de la toma de Cuautla por Emiliano Zapata. El quinto regimiento de caballería que comandaba el Coronel Munguía había sido invencible, hasta el combate de Cuautla en que después de seis días de lucha, evacuó la plaza y produjo un tremendo desconcierto en el gobierno de Porfirio Díaz pues el famoso Quinto de Oro siempre proclamaba su valor y pericia, pero como dice Marciano Silva en su corrido...

        ¡Pobres pelones! tal vez pensaban
        que aquí los indios habían de huir;
        Pero tan solo al lucir sus armas,
        y oir el toque de su clarín,
        ¡Pobres pelones del Quinto de Oro!
        a otros cuenten, que por aquí
        ¡nomás tres piedras! porque la fama
        que hay en Zapata, no tiene fin.

Termina éste corrido con:

        ¡Adiós Quintito de Oro afamado,
        mi pueblo llora tu proceder,
        en otras partes habrás triunfado!
        Pero, aquí en Cuautla, no sé por qué
        nos prometiste el ampararnos
        pero corriste; ¡Qué hemos de hacer!
        Los calzonudos te corretearon,
        ¡Porque a Zapata le tiran tres!

Las canciones compuestas por Don Marciano Silva, inyectaban la alegría y el entusiasmo en los campamentos Revolucionarios y siempre era complaciente con aquellos que le pedían que cantara sus trovas en su bajo quinto.

De todos los hechos de armas de Zapata, hizo un corrido, después de "La Toma de Chilpancingo", escribió "La Muerte de Cartón", tenía una confianza ciega en el triunfo de la causa y por esa razón compuso el himno Zapatista que encendía el ardor bélico; decía así:

        "Soy rebelde del Estado de Morelos,
        que proclamo las promesas de San Luis;
        Soy rebelde, lucharé contra Carranza,
        porque al fin nada ha de cumplir.

        Con mi Winchester, mi caballo y dos cananas
        y de escudo la Virgen del Tepeyac
        he de hacer que se respete el Plan de Ayala,
        aunque sucumba cual valiente liberal.

        La montaña es mi baluarte, no lo niego
        y yo siempre zapatista lo he de ser,
        ante un grupo de "carranzas" no me arredro
        mientras tenga un treinta-treinta, he de querer.

        Si más tarde la suerte me es adversa
        y me avanzan los "carranzas" por desgracia,
        he de morir diciendo con firmeza:
        ¡Vivan los héroes del Sur! ¡Viva Zapata!

Marcianito, como era conocido entre los zapatistas, fue un humildísimo cantador que con la rudeza del campesino soldado encontró en sus canciones un desahogo de poeta labriego. El conocía perfectamente sus limitaciones y decía en un corrido:

        "No diré lo que no es cierto;
        yo nunca puedo mentir,
        porque no quiero que después de muerto,
        se critique mal de mi.

        Todos los que gusten escuchar los versos
        de todo lo acontecido
        que jamás a mi me culpen
        porque es corto mi sentido.

        Me falta la entonación
        Mi dialecto es muy corriente
        Pero me he fijado que en toda ocasión
        lo claro es lo más decente.

Marcianito Silva, hizo parodias populares de la Adelita, La Cucaracha y de todos los danzones de moda y en sus corridos narró la Toma de Chinameca, La Toma de Cuautla, La Toma de Chilpancingo, "Las Comadritas", "El Corrido de Cirilo Serna", "El Vergel de Margarita".

Federico Becerra, otro cantor y poeta popular, en los funerales de Marciano Silva en la ciudad de Cuautla dijo:

        "Seis de febrero fue la fecha
        en que murió el gran versista y poeta de Morelos
        recuerdos gratos, para siempre nos dejó
        él que como vate fue la honra de nuestro suelo" ...

        La triste fecha del año 44
        con letras de oro en mi memoria escrita está;
        solo recuerdos en el alma, hechos muy gratos
        del gran versista que en su tumba duerme en paz.

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Fuente:

    Valentín López González. Los Compañeros de Zapata.
    Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos.
    México, 1980, p. 250-253.

     


 

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