Nació en el pueblo de Ekret, en las fronteras de Líbano,
a unos 80 kilómetros de Beirut, en lo que anteriormente se conocía
como Palestina, actualmente este pueblo forma parte de Israel.
En aquella época, los palestinos estaban dominados por los turcos
y éstos hacían constantes levas llevándose a los jóvenes
que luego integraban al ejército y jamás los devolvían.
Por esta razón, muchos padres empezaron a enviar a sus hijos hacia
América; la mayoría salía a escondidas por las noches
hacia Damasco y después, de Beirut se embarcaban a Marsella y de
allí a algún puerto de América Latina. Moisés
Salomón fue uno de esos jóvenes. Llegó a México
en el año de 1906, en compañía de sus parientes Elías
Duje y Julián Duje. Al llegar a México recibió la
protección de don Pedro Slín, quien en la calle de Corregidora
les daba una caja con listones y mercancía para vender en las calles
de la ciudad de México.
Posteriormente, Moisés Salomón llegó a Cuernavaca
vendiendo ropa y manta en los pueblos del sur de Morelos y norte de Guerrero
en burro o a caballo.
En el año de 1909, conoció en el pueblo de Buena Vista
de Cuéllar a Balbina Melgar, y ese mismo año se casó
con ella en Amacuzac. Como era huérfana, en la ceremonia de matrimonio
la entregó su tía, doña Vicenta Velasco de Aranda.
Moisés Salomón estableció su tienda en el pueblo
de Xoxocotla, donde tuvo mucho éxito, pero al estallar la revolución,
se vio obligado a quitarla y trasladar el negocio a una población
más segura, como Jojutla. En esa población conoció
a Emiliano Zapata, cliente de su tienda y trabó amistad con él,
tanto que siempre que visitaba ese pueblo, comía en la casa de don
Moisés Salomón. Los esposos Salomón le bautizaron
a Emiliano Zapata a su hijo Nicolás y éste, a su vez, les
llevó a bautizar a su hijo Jorge Salomón.
En una ocasión, Emiliano Zapata le pidió a Moisés
Salomón y a Manuel Atala, que fueran a la ciudad de México
a comprar manta para las tropas zapatistas, y cuando regresaban con la
mercancía, como no llevaban un salvo-conducto de Emiliano Zapata,
un grupo de zapatistas, antes de llegar a Tlaltizapán, les quitó
toda la mercancía y hasta la ropa, dejándolos en calzoncillos.
En esta forma se presentaron a Emiliano Zapata en Tlaltizapán al
Cuartel General a quejarse del atropello. Zapata dio orden de que les "fueran
proporcionados cotones y calzones blancos a los árabes", mandándoles
nuevamente a comprar más mercancía, dando gracias de que
no los habían "quebrado". Esta vez les dio salvo-conducto.
A través de Moisés Salomón algunos otros árabes
de la ciudad de México, prestaron importantes servicios a la revolución
del sur.
Entre los años de 1912 y 1915, con una recua de don Crisóforo
Ocampo, Moisés Salomón hacía constantes viajes entre
Jojutla e Iguala, negociando con ajonjolí y plata. En aquella época
escaseaba la plata y valía más que el oro, las monedas de
20 pesos oro, eran cambiadas por 18 pesos plata y las traían revueltas
entre la semilla de ajonjolí. Este negocio era próspero por
la falta de cambio.
En 1916, cuando arreció la persecución en contra de Emiliano
Zapata, Moisés Salomón, por ser de una marcada filiación
zapatista, tuvo que trasladar su negocio a la ciudad de Iguala, en donde
permaneció por espacio de tres años, para luego moverse a
la ciudad de México en el año de 1919, donde estableció
su tienda de ropa "El Puerto de Beirut" frente al mercado San
Juan en la calle de "El Buen Tono". Como Moisés Salomón
salió de Morelos y Guerrero en 1919, año en que fue asesinado
el General Emiliano Zapata, y no se le volvió a ver, las gentes
que conocían la gran amistad y el compadrazgo, forjaron el mito
del Zapata que se marchó a Arabia con su compadre, pues al no querer
aceptar la muerte del Caudillo, crearon la leyenda.
Elías Duje se levantó en armas para vengar a su mujer
muerta en 1915 en una balacera.
Bajo sus órdenes militó Adrián Castrejón,
y hasta 1918 lo ayudaron Manuel Atala y Emilio Atala a establecerse en
Cuernavaca y dejar las armas.
En el año de 1921 Moisés Salomón comerció
en los campos petroleros de Tamiahua en unión de sus cuñados,
los Melgar y don Raymundo Aranda Velasco.
La condición de comerciante lo volvió a su estado nómada
luego de haber quebrado su negocio en la ciudad de México. Todavía
en el año de 1930 Moisés Salomón placeaba semanariamente
en Taxco, Gro.; ese año, estuvo a punto de ahogarse en el balneario
de Agua Hedionda y meses más tarde murió en un accidente
automovilístico al viajar en la carretera de México a Cuautla.