Lucio Moreno nació en el Pueblo de Santa Catarina, a escasos
kilómetros del Pueblo de Tepoztlán; pasó sus primeros
años en este lugar y posteriormente con sus familiares, se trasladó
a la ciudad de Yautepec. Vivió en la calle de Curtidores, en donde
estuvo hasta su mayoría de edad.
Cuando tenía 24 años contrajo matrimonio con la señorita
Catalina Campos.
Por mucho tiempo, Lucio Moreno ejerció el oficio de zapatero,
pero a la vez fue un excelente hombre de a caballo y practicaba la charrería
con gran habilidad, lo que atrajo la admiración de los vecinos de
Yautepec, con quienes cultivó una gran amistad.
Se relacionó con los dirigentes de los clubes políticos
Yautepecanos, que más tarde participaron en la revolución.
Fue amigo de Amador Salazar, de Román Castro, y de los dirigentes
maderistas de la región. Tuvo una gran popularidad como charro en
los principales pueblos del Estado de Morelos y esto hizo que vieran en
él, a un futuro dirigente de la revolución.
En Yautepec, tomó parte del club antireeleccionista y fue tan
entusiasta, que con un grupo de Tepoztecos editó un periódico
al que le dieron por nombre "La Voz de Juárez". A través
de este periódico se difundieron ideas revolucionarias por todo
el Estado. La publicación del periódico "La Voz de Juárez",
le trajo a Lucio Moreno la enemistad del jefe político de Yautepec,
quien ordenó la aprehensión de los principales dirigentes,
pero no la pudo llevar a cabo porque la gran mayoría eran campesinos
y solo fue aprehendido Lucio Moreno, al que se remitió a Cuernavaca,
en donde se le incorporó al Cuerpo de Rurales del Estado de Morelos
prestando mas de un año de servicios forzados. Al cumplir su condena
retornó a Yautepec, donde continuó su labor de artesano,
sin dejar de practicar la charrería.
El primero de mayo de 1910, asistió Lucio Moreno a la feria del
primer viernes de cuaresma en la ciudad de Jojutla y fué invitado
a tomar parte en un festival charro.
Después de la charreada, cuando paseaba su caballo en las cercanías
del zócalo de Jojutla, notó que los miembros de una ronda
se llevaban preso a un campesino jornalero y Moreno al acercarse a los
policías, les dijo "pobre hombre no lo ultrajen" al no
dejarlo libre, sacó un machete de cinta de la silla del caballo
y empezó a repartir machetazos contra los ronderos. Lucio Moreno
liberó al jornalero, lo montó en el anca de su caballo y
abandonó la ciudad de Jojutla.
Las autoridades de Jojutla, libraron orden de aprehensión y por
la vía telefónica se comunicaron con las autoridades de Tlaquiltenango,
donde aprehendieron a Lucio Moreno y lo remitieron a Jojutla, en esa ciudad
estuvo preso del 8 de mayo al 1o. de julio de 1910. Como era Presidente
del Club Antireeleccionista de Jojutla, apareció la noticia en el
periódico "El Constitucional", órgano de ese partido
en la ciudad de México. Llamaron la atención del gobernador
del Estado para que impartiera justicia y en la nota periodística
señalaban también que su esposa, era presidenta de la Liga
Patriótica Femenina Antireeleccionista de Jojutla.
Lucio Moreno a principios de 1911, se encontró en la hacienda
Tenextepango con el Profr. Pablo Torres Burgos, quien había regresado
el 14 de febrero de San Antonio Texas, de la Junta Revolucionaria que encabezaba
Don Francisco I. Madero.
El Profr. Pablo Torres Burgos traía instrucciones de la Junta
Revolucionaria para iniciar en Morelos el movimiento armado y designó
a Lucio Moreno para que iniciara el levantamiento armado en la zona de
Tepoztlán y Yautepec. En el primero de estos, tuvo junta con sus
antiguos amigos y así se reunió con Román Castro,
otro activo reeleccionista de Yautepec, quien también buscó
adeptos en la zona. A principios de marzo de 1911 Lucio Moreno y Román
Castro dieron el grito revolucionario. Lucio Moreno se dirigió después
hacia Santa Catarina Tlayca en donde se le reunieron 15 hombres y se dirigió
a la zona de Tepoztlán donde puso libres a los presos que estaban
en 12 cárcel municipal.
Como Lucio Moreno gozaba de una gran simpatía en esa población,
logró reunir a unos 600 campesinos a quienes arengó y los
incitó a la revolución.
Después de esto, con un grupo aproximado de 40 hombres tomó
la dirección del Pueblo de Santiago Tepetlapa, donde se les unieron
Miguel Hernández, los hermanos Sánchez: Refugio, Timoteo,
y Marino, Simón Rojas, Felipe Tijera, José Catarino Campos,
Bernabé Labastida. De estos primeros revolucionarios Simón
Rojas, Felipe Tijera y José Campos, fueron firmantes del Plan de
Ayala.
Lucio Moreno con esta gente formó 3 grupos y con ellos amagó
a Yautepec instalando su cuartel en la hacienda de Apanquetzalco.
A fines del mes de abril en combinación con las fuerzas de Román
Castro atacaron definitivamente Yautepec logrando apoderarse de la ciudad
después de un ataque de 8 horas. La toma de Yautepec fué
el 1o. de mayo de 1911.
Ese mismo día a las cinco de la tarde tuvieron que evacuar la
plaza, pues supieron que venían fuerzas de Cuernavaca y Cuautla
con objeto de recuperar la plaza.
El Profr. Pablo Torres Burgos, envió un comunicado a Lucio Moreno
para que colaborara en la toma de Tlaquiltenango y Moreno abandonó
su campamento para tomar parte en este hecho de armas.
Después de la toma de Tlaquiltenango, Lucio Moreno y Román
Castro, al retornar a sus antiguas posiciones, atacaron nuevamente Yautepec
y auxiliaron a las fuerzas de Emiliano Zapata para la toma de la ciudad
de Cuautla, en apoyo a esta Operación Lucio Moreno tomó la
hacienda del Hospital.
Después de estos hechos de armas retorna hacia la zona de Tepoztlán
y se da cuenta que Bernabé Labastida había fusilado al Presidente
Municipal de Tepoztlán, el Sr. Félix Guzmán y a un
vigilante, por no dar la alarma convenida. Las tropas de Bernabé
Labastida se encontraban en el cerro de Chalchitepetl y al enfrentarse
y hacerse mutuas reclamaciones, un oficial de la tropa de Bernabé
Labastida, disparó a Lucio Moreno, quien cayó acribillado
por las balas en esta refriega. También dieron muerte a Bernabé
Labastida, y los oficiales al ver a sus jefes caer muertos, interrumpieron
los disparos y cada quien recogió a su jefe.
Lucio Moreno fué trasladado al Palacio Municipal donde lo velaron
y sepultaron en la entrada del exconvento Dominico de Tepoztlán,
a Bernabé Labastida se le dió sepultura en el otro extremo
del Pueblo. Emiliano Zapata al tener conocimiento de estos hechos, ordenó
que se tuviera como jefe de la zona de Tepoztlán al Sr. Refugio
Sánchez.