Fue originario del pueblo de Petlalcingo, municipio de Acatlán,
Estado de Puebla.
Desde su juventud fue un hombre muy pendenciero y en un encuentro a
tiros que sostuvo en Ayutla, Puebla, con un individuo llamado José
Solís, perdió el ojo izquierdo, por lo que lo apodaron "El
Tuerto Morales".
Jesús Morales se encontraba preso en la cárcel de Chiautla,
cuando esta plaza fue tomada por las fuerzas del general Emiliano Zapata
el 5 de abril de 1911, al ponerse en libertad a los presos, "El Tuerto
Morales" se incorporó a la revolución, participando
en casi todos los hechos de armas que se registraron en los Estados de
Puebla y Morelos, en contra de las fuerzas del gobierno porfirista.
El 16 de abril de 1911, participó en los ataques de Chietla y
la toma de Izúcar de Matamoros, así como a la toma de la
Fábrica de Hilados y Tejidos de Metepec, Estado de Puebla. En el
mes de mayo de ese mismo año tomó parte en el sitio y toma
de la ciudad de Cuautla. Al rompimiento de Zapata con el gobierno de León
de la Barra, "El Tuerto Morales" reiteró su adhesión
a Zapata. Con el grado de general firmó el Plan de Ayala y, cuando
Victoriano Huerta mandó asesinar al Presidente Madero, "El
Tuerto Morales" hizo una campaña para convencer a algunos jefes
zapatistas de que se reconociera a Huerta y en el mes de marzo de 1913,
fue de los primeros que entró en tratos con el régimen huertista,
reconociéndolo como gobierno legítimo. Morales, que guarnecía
la Plaza de Chietla, hizo un viaje a la ciudad de México y fue aprehendido
e internado en la Penitenciaría. Los ciento doce hombres que llevó
fueron incorporados a la columna del coronel huertista Medina Barrón.
Cuando desembarcaron las fuerzas norteamericanas en Veracruz, Huerta
aprovechó esta circunstancia para hacer un llamado a todos los revolucionarios
del país, para que lucharan con él contra las tropas invasoras.
Huerta firmó un decreto dándole libertad a todos los jefes
políticos, y así obtuvieron su libertad el "Tuerto Morales",
Juan M. Banderas (a) "El Agachado" y los coroneles zapatistas
Gildardo Magaña y Santiago Rodríguez.
Morales creyó que Zapata contribuiría con Huerta a expulsar
las fuerzas norteamericanas y así en mayo de 1914, le propuso a
Zapata que reconociera al gobierno huertista.
Al llegar el general Jesús Morales al campamento del general
Francisco Mendoza, establecido en Ixtlilco y al enterarse de la misión
que llevaba, ordenó que Morales fuera detenido y lo envió
al cuartel general en Tlaltizapán en calidad de preso.
Jesús Morales fue procesado como traidor a los postulados del
Plan de Ayala, lo notificaron al detenido que podía nombrar defensor,
pero éste alegó que carecía de recursos económicos
para hacerlo, aunque posteriormente designó al coronel Santiago
Rodríguez, que lo había conocido cuando estuvieron presos
en la Penitenciaría.
El Consejo de Guerra que lo juzgó estuvo integrado por los generales
Manuel Palafox como Presidente, Modesto Lozano, Pioquinto Galis y Emigdio
Marmolejo, así como Santiago Rodríguez; como Agente del Ministerio
Público fungió Luis Castell Planch.
El "Tuerto Morales" alegó que había reconocido
a Victoriano Huerta con el propósito de hacerse de elementos de
guerra y de dinero, sin embargo, el Consejo de Guerra le probó lo
contrario; lo declaró culpable y lo sentenció a la pena capital.
Morales, al escuchar su sentencia, pidió que su cabeza fuera puesta
como lindero en un ejido, porque él "moriría sintiéndose
agrarista". La sentencia fue ejecutada el día doce de mayo
de 1914 a las doce del día en Tlaltizapán.