Fue originario de la ciudad de Iguala, Guerrero, pero fue criado en
la hacienda de San Juan Chinameca y en este poblado se incorporó
a las fuerzas revolucionarias zapatistas que defendían el Plan de
San Luis.
Ignacio Maya, se distinguió por su valor y por su gran resolución
al combatir a las fuerzas federales y es ascendido a General por Emiliano
Zapata el 16 de marzo de 1914 en Tixtla, Guerrero.
Ignacio Maya, se distinguió por su valor y por su gran resolución
al combatir a las fuerzas federales y es ascendido.
Ignacio Maya, fue un hombre muy retraído, pero en los momentos
de lucha siempre supo afrontar todos los peligros. Emiliano Zapata confió
en la seguridad que le proporcionó Ignacio Maya. Combatió
en las filas del Ejército Libertador del Sur, en los Estados de
Morelos, Guerrero y Puebla y tuvo su fin en las primeras horas del día
13 de agosto de 1914, cuando las fuerzas federales al mando del Gral. Pedro
Ojeda, sitiadas en Cuernavaca, desde el 1o. de junio de ese año,
habían roto el sitio. La enorme columna de soldados federales que
salieron de la ciudad y marcharon por el barrio de Chipitlán, saliendo
en dirección a Temixco. Esta salida fue desastrosa para el ejército
federal, pues la columna federal caminó dentro de las líneas
zapatistas que hacían fuego cerrado y lograron pasar por Acatlipa,
Xochitepec, Coatetelco y Miacatlán, sin que los combates disminuyeran.
En los llanos de Alpuyeca, en el lugar denominado "la magueyera",
los Generales Ignacio Maya y Bonifacio García, trataron de cortar
la columna y apresar al Gral. Pedro Ojeda y se les vino encima una carga
de caballería, siendo arrollados por la fuerza federal.
Ignacio Maya, fue mortalmente herido y murió a las tres de la
tarde del 14 de agosto de 1914.
El 12 de agosto Emiliano Zapata había establecido su cuartel
general en Yautepec, para dirigir el ataque final sobre Cuernavaca, y esa
noche a varios de sus lugartenientes les dijo que: sabía que el
Gral. Pedro Ojeda habla decidido evacuar la plaza esa misma noche y le
dijo a Ignacio Maya "tú, Maya, sal inmediatamente con tu gente,
veremos si con Ojeda, son 4 los Generales que me traes vivos". Maya
tomó el camino de Cuernavaca y dispuso que los demás jefes
marcharan a atacar la desmoralizada columna de Ojeda, unos por los flancos
y otros por la retaguardia. Zapata se situaría en un punto para
cercar a Cuernavaca. Todos cumplieron las instrucciones y el Gral. Pedro
Ojeda inició su trágica retirada.
Ignacio Maya hasta entonces invencible, logró localizar a Pedro
Ojeda y se arrojó entre la atemorizada tropa federal, tratando de
cogerlo personalmente, como lo había hecho con los generales Benítez,
Cartón y Maldonado, pero un oficial del Estado Mayor de Pedro Ojeda
descargó sobre Ignacio Maya su revólver.
En este hecho de armas, perdieron la vida 3 connotados jefes del ejército
libertador: Francisco Pliego, Bonifacio García e Ignacio Maya.
Los restos mortales de Ignacio Maya, fueron trasladados a Tlaltizapán
y descansaban en el mausoleo que Emiliano Zapata mandó construir,
hasta que la furia de los soldados de Pablo González profanaron
las tumbas de los principales jefes revolucionarios.