Antonio Barona nació en Ahuatepec el día 13 de julio de
1886. Fue hijo del señor Ricardo Barona y de doña Soledad
Rojas.
Dada la pobreza extrema de su familia, Antonio Barona solo cursó
hasta el 2o. año de primaria y hasta 1910 estuvo dedicado a las
labores del campo.
Barona se incorporó a la revolución en el mes de abril
de 1911 en Tlaltizapán, con algunos hombres del pueblo de Ahuatepec,
a las órdenes de Próculo Capistrán.
Al triunfo del maderismo quedó licenciado y volvió al
trabajo del campo en su pueblo natal, llevándose sus armas en espera
de los resultados del conflicto surgido entre el Lic. Francisco León
de la Barra y Emiliano Zapata.
En el mes de agosto de 1911, de la Barra ordenó que Zapata fuera
batido, siendo Barona el primero en atacar a las fuerzas de Victoriano
Huerta que avanzaba de Tres Marías a Cuernavaca. Las fuerzas surianas
trabaron contacto con las huertistas en el Ojo de Agua del pueblo de Tejalpa.
Al producirse el rompimiento entre Madero y Zapata, Barona reiteró
su adhesión a Zapata el 28 de agosto de 1911, estableciéndose
en el paraje denominado "El Texcal", en las cercanías
de Tejalpa, donde se hizo fuerte por mucho tiempo.
Antonio Barona, por riguroso escalafón, llegó a general
de División.
Durante el sitio de Cuernavaca, Barona demostró gran audacia
y temeridad, pues, una noche del mes de julio de 1914, cubierto por la
obscuridad, atacó con arma blanca a las fuerzas huertistas situadas
en el cerro de la Herradura que estaba bastante artillado y con nidos de
ametralladoras. Después de varias horas de lucha, Barona tomó
esta fortificación que tanto daño causaba a las filas zapatistas,
quedándose con ella y con un gran botín de armas.
Derrotadas estas fuerzas recibió la comisión de Zapata
de situarse en Milpa Alta, para colaborar con el Gral. Everardo González,
logrando replegar a las tropas huertistas hasta la ciudad de México.
Barona siguió combatiendo a los huertistas en el Distrito Federal,
y en los Estados de Tlaxcala, Puebla, México e Hidalgo, distinguiéndose
siempre por su valor.
El Gral. Barona perdió la vida en la ciudad de Cuernavaca el
primero de diciembre de 1915, en un encuentro con las fuerzas del Gral.
Genovevo de la O, que había recibido órdenes de presentarlo
en el Cuartel General de la Revolución del Sur, por haber dado muerte
al Gral. Antonio Silva, comandante militar de Cuernavaca, subalterno de
De la O.
Barona paseaba en el mercado de Cuernavaca muy quitado de la pena, con
algunos de los suyos, y una dama, en una carretela; después entró
a un billar. Las gentes de De la O, fueron informadas de dónde estaba
Barona y salieron a perseguirlo, lo encontraron en una fonda comiendo pozole
e inmediatamente le dispararon, liquidándolo. Todavía muy
mal herido lo sacaron y, a cabeza de silla, lo arrastraron por la calle
de Degollado hasta el Panteón Civil de La Leona. Aseguran que su
cuerpo iba dando tumbos y, frente a la actual calle de No Reelección
y Degollado, la cabeza se atoró en un hoyo del drenaje y estuvo
a punto de desprendérsele. Fue sepultado en su pueblo natal.