Fue originario de Tlapala, Guerrero, los zapatistas lo consideraron
el judas de la revolución, pues se rindió al carrancista
Jesús Guajardo en diciembre de 1918 y con el Gral. Pablo González
hizo causa común para preparar los planes y así consumar
el asesinato de Emiliano Zapata.
Victorino, después de la muerte de Zapata, permaneció
en el Estado de Guerrero y en 1927, con algunos hombres que lo siguieron,
se levantó en armas al grito de "Viva Cristo Rey", y operó
en el Estado de Guerrero y Morelos; este movimiento no prosperó
entre los zapatistas y en un combate librado en el Tomatal, cerca de Iguala,
Bárcenas resultó gravemente herido; el 22 de enero de 1927,
sus subalternos lo trasladaron a Michapa, Morelos, donde murió a
consecuencias de las heridas, cinco días después del traslado.