Pregunta: ¿Recuerda el primer reparto de tierras en Ixcamilpa?
AA: Naturalmente, lo hicieron porque el pueblo pidió las tierras, pero no le puedo dar pormenores de la ceremonia porque yo no me encontraba con Zapata en esos momentos; pero me platicaba un muchacho llamado Agustín Quiroz, que ya había empezado a cumplirse el programa de la Revolución y eso era lo que Zapata exigía de Madero, que se expropiaran las tierras a los hacendados y fueran repartidas entre los campesinos, que la tierra debía ser para quien la trabajara; rústicamente eso era lo que él pensaba.
Pregunta: ¿Cuando Madero le mandó emisarios a Zapata, a qué acuerdo se llegó?
AA: Zapata pedía fundamentalmente la retirada de las tropas de Huerta y Madero, según documentos que yo leía, dispuso que se retirara, pero todo era mentira. El presidente en aquellas épocas era León de la Barra y éste ordenaba que se hiciera lo posible por coparlo y terminar con él, porque lo veían con temor igual que a sus ideas. La gente del gobierno deseaba precisamente eliminarlo para desaparecer el peligro de que fueran a repartirse las tierras o de que se las quitaran a los hacendados. Zapata inició el movimiento agrario, ordenando la restitución de las tierras a las antiguas comunidades que habían sido despojadas por las haciendas.
Pregunta: ¿Mi general, y usted hasta cuándo está con Zapata?
AA: Hasta 1912, después que se declaró el Plan de Ayala. Yo me separé entre otras cosas porque resurgió un coronel llamado Margarito Aguas que empezó a extorsionar a mi casa. Yo me disgusté y se iniciaron las dificultades; me mataban las vaquitas del rancho y entonces fue cuando él asesinó a dos de mis hermanos por defender sus intereses. Entonces me separé y me fui a Guerrero para unirme a Ambrosio Figueroa en Iguala. Eramos amigos, Ambrosio era una buena persona para mí, muy tratable, distinguido, bastante amable con sus jefes y con sus tropas.
Pregunta: ¿Cuál fue la reacción de Zapata cuando se enteró de que habían asesinado al Presidente Madero?
AA: Todas las tropas que nos decían "los colorados" desconocimos al gobierno de Huerta, entre ellos el que se hizo pasar como jefe de nosotros, Rómulo Figueroa porque su hermano Ambrosio ya estaba inválido, lo habían operado de una pierna en Chilpancingo. Yo estaba en Atenango del Río como jefe de la guarnición cuando nos mandó llamar a todos los jefes a Huitzuco y ya nos pidió que desconociéramos al gobierno. Aunque Zapata estaba distanciado de Madero no dejó de dolerle su muerte, aunque sabía que por su causa estaba siendo atacado por las tropas de Victoriano Huerta a quien odiaba como ningún otro, pues era el que más lo perseguía. Para Zapata significó una gran preocupación el saber que Huerta se convertía en presidente, porque automáticamente iba a enfocar sus baterías en contra suya y como fue, pues inmediatamente mandó a un coronel Olea para que lo destruyera.
TESTIMONIOS DEL PROCESO
REVOLUCIONARIO
DE MÉXICO.
Por Píndaro Urióstegui Miranda.
Instituto Nacional de Estudios Históricos
de la Revolución Mexicana. México, 1987,
Entrevista al Gral. Amador Acevedo, pp. 137-187.