REPUBLICA MEXICANA.
EJERCITO LIBERTADOR DEL SUR Y CENTRO.
Campamento Revolucionario en Morelos.
Febrero 28 de 1913.
Señor General Genovevo de la O.
Su Campamento.
Muy estimado General y amigo:
Recibí la muy estimable grata de usted
de fecha 26 de los corrientes y bien impuesto de su contenido manifiesto
á usted en debida respuesta que: el Coronel Margarito Marmolejo
y sus soldados han sido llamados á este Cuartel General á
fín de que se incorpore á las fuerzas de jefes que operan
por estas zonas, para que no vuelva á cometer abusos á
reserva de exigirle responsabilidad por las faltas que ha cometido
por aquellos rumbos, solo que; para proceder en su contra hay que
esperar la oportunidad precisa con lo cual se obrará con prudencia
y buen tacto, pues así lo exigen las circunstancias y la armonia
que se desea halla en el elemento revolucionario. Cabalmente, Marmolejo
ya se incorporó con Vázquez.
Respecto á la cuestión del General
Beltrán diré á usted: que según las circulares
que esta superioridad expidió el día 2 de Septiembre
del año pasado, en la cual imponía una contribución
de guerra á las haciendas del Estado de Morelos y en general
á las que se hallaran comprendidas en las zonas dominadas por
la Revolución y en esa virtud el referido General Beltrán
procedió a exigirle la mencionada contribución á
las fincas que usted cita; siendo el resultado de su gestión
que la Hacienda de Miacatlán pagaría la suma de diez
mil pesos al aceptarse la proposición y quinientos pesos cada
semana, de lo cual solo llegó á recibir una parte de
dinero quedando pendiente la mayor parte de la suma indicada.
Como usted verá este jefe se limitó
á cumplir con instrucciones ya acordadas, y las cuales de llevarse
á cabo con todas las fincas, sería de mucho provecho
para la causa que se defiende porque habrá dinero para socorrerá
la gente y de esta manera evitar que ninguno cometa abusos que desdicen
de la noble y justa causa que se sostiene con tanto sacrificio; y
sobre todo, al proceder en esa forma en nada se lastima el honor de
usted y de ningún jefe porque tampoco yó lo permitiría,
y más con jefes leales y patriotas como usted, pero comprenda
que la guerra debe hacerse con dinero de los enemigos de ella y éste
es el motivo por el cual se exige dinero á las fincas, dándoles
en cambio garantías las que se reducen á dejarlas trabajar,
y eso sí, las que se rehusan a pagar el impuesto se les destruirá
tal y como lo ha comunicado esta superioridad.
Ya repito, con estas medidas se evitarán
muchos abusos, con lo cual la Revolución altamente se beneficia
pues reflexione usted bien; los incendios que es lo único que
debe aceptar la Revolución, solo se ejecutarán cuando
los lugares ocupados por el enemigo en un combate sirvan de parapetos
y naturalmente que se tomarán medidas extremas, como el incendio,
para aniquilar al enemigo y en esa forma nadie podrá censurará
los revolucionarios.
Yó recomiendo á usted piense bien
en mis razonamientos y por ellos verá que estoy en lo justo,
y que es de alta necesidad y más en las actuales circunstancias
con motivo de los acontecimientos políticos que se han desarrollado
en la Capital de la República, en la cual un grupo de revolucionarios
ambiciosos de última hora traicionaron á su protector
Madero y se apoderaron del Gobierno por medios ilegales; que todos
los jefes insurgentes permanezcan unidos y que eviten á todo
trance tener dificultades, porque de lo contrario el Gobierno se burlará
de nosotros.
Así es que: siga usted luchando como hasta
hoy por los ideales del Plán de Ayala que al fín hemos
de triunfar y muy pronto, en vista de que el actual Gobierno ilegal
que se estableció por medio de la chicana, no tiene elementos
de vida, le falta dinero para continuar la guerra; el país
ha perdido su crédito en las naciones extranjeras y no habrá
quien le preste ni un solo peso.
Sobre todo: la Revolución del Sur, Centro
y Norte no está de conformidad con los traidores que se apoderaron
del Gobierno y los revolucionarios no nos debemos de creer en nada
de ellos, porque nos expondríamos á un fracaso y ni
se les debe tener ninguna confianza; pues que esperaríamos
de éstos infames para nosotros que traicionaron y ,asesinaron
á sus amos, á quienes le deben todo lo que tienen de
riquezas y el lugar que ahora ocupan? No, de ninguna manera hay que
creerse de estos malvados y en todo caso procure usted batirlos hasta
exterminarlos.
Con lo expuesto espero quedará usted plenamente
satisfecho y deseándole muchas prosperidades en sus trabajos
militares, y que siempre tenga el triunfo en los combates que lleve
a cabo, me despido de usted y le deseo felicidades.
Su afmo., Atto. y seguro servidor.
El General.
Emiliano Zapata. [Rúbrica.]