CARTA DEL GRAL. ABRAHAM MARTÍNEZ
A FRANCISCO I. MADERO
Penitenciaría, Puebla, Noviembre 19, 1911

Señor Presidente de la República
Don Francisco I. Madero
México, D.F.

Muy respetable señor Presidente:

Tengo la honra de dirigirme a V. por medio de la presente para manifestarle que teniendo conocimiento de la actitud que guarda el General Zapata en estos momentos tan supremos, y considerando de mi deber y de todo buen mexicano prestar toda clase de servicios en bien de la patria procurando o coadyuvando al restablecimiento de la paz tan deseada para todos, creo digno, ofrecer mis servicios empleando para ello el buen concepto y por decirlo así el gran ascendiente que tengo en el ánimo de mi General.

Yo, como digo a V., puedo llegar a un arreglo satisfactorio para las pretensiones de mi General sin tener que recurrir a las armas, pues lo convenceré y aún más, haré que abandone su carácter hostil.

Si V. juzga oportunos mis servicios que espontáneamnete ofrezco, sírvase V. ordenar que sea yo conducido a la Zona de Operaciones y arreglaré lo que ofrezco.

Sin otro objeto con el mayor respeto protesto a V. las seguridades de mi atenta consideración.

 

El General Brigadier, Jefe del Estado
Mayor del General Zapata
Abraham Martínez

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Fuentes:

    Archivo Isidro Fabela. F9-110-7.

    Archivo General de la Nación. Serie Revolución y Régimen Maderista.
    Caja 1, carpeta 11, expediente 276.

     

Referencias a este documento, en:

    Josefina E. de Fabela. Emiliano Zapata, el Plan de Ayala
    y su política agraria
    . Editorial Jus, México, 1970, p. 34

    Colección Revolución (Tomo I). Series: Actividades Revolucionarias
    de los Hermanos Flores Magón y Revolución y Régimen Maderista.

    Archivo General de la Nación. Guías y Catálogos No. 75. México, 1985,
    p. 33:

    Carta del general Abraham Martínez, jefe del Estado Mayor, al general Zapata, fechada en la penitenciaría de Puebla, Pue., en la que ofrece sus servicios a don Francisco Y. Madero, presidente de la República, con el objeto de obtener "un arreglo satisfactorio para las pretensiones de mi general, sin tener que recurrir a las armas, pues lo convenceré y aún más, haré que abandone su carácter hostil".

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