Señor Francisco I. Madero
México, D.F.
Causa mucha indignación en pueblo y Ejército el amago
de las fuerzas federales que están con intención de ataque
contra nosotros. Si se derrama sangre, no seré yo el responsable,
pues usted comprenderá que se trata de asesinar los mismos principios
que usted proclamó.
La Nación entera nos contempla con sus ojos; nosotros moriremos,
pero los principios que usted inscribió en sus banderas, en Chihuahua,
no morirán; nuestra Patria, la Nación entera, los hará
revivir si desgraciadamente sucumbieran con nosotros.
Yo he querido a todo trance la paz de nuestro suelo, pero los hacendados
"científicos", quieren que el pueblo sea su esclavo, que
no ejerza sus derechos de sufragio, que haya presión como en tiempos
de la Dictadura, y por esta causa intrigan con el Supremo Gobierno, para
que nos asesinen por una petición justa.
Si la Revolución no hubiera sido a medias y hubiera seguido su
corriente, hasta realizar el establecimiento de sus principios, no nos
veríamos envueltos en este conflicto; sin embargo, tengo fe en que
usted solucionará este asunto que conmueve al Estado y conmoverá
al país entero cuando sepa los derechos que defendemos.
Yo sé que he sido fiel partidario de usted y del Gobierno. ¿Por
qué, pues, por una petición justa mía, del pueblo
y del Ejército, se nos trata de reos de grave delito, cuando no
hemos tenido otro que el de haber sido defensores de nuestras libertades?
Comprendo perfectamente que tanto a usted como al Supremo Gobierno los
han sorprendido los científicos, calumniándonos. El pueblo
está dispuesto a probar lo contrario de lo que afirman nuestros
enemigos.
Yo, ni por un momento he dudado de que usted sostendrá los principios
por los cuales el pueblo mexicano derramó su sangre y en la cuestión
a que en este momento me refiero tengo fe y la he tenido siempre, en que
usted evitará el derramamiento de sangre que se prepara contra nosotros.
El pueblo y el Ejército Libertador, esperan con ansia que usted
les resuelva definitivamente los puntos de su petición y los arreglos
que haya tenido con el Supremo Gobierno.
Le suplico atentamente me mande su pronta contestación. Protesto
a usted mi atención y respeto y me reitero su fiel subordinado.
El General
Emiliano Zapata