Julio 13. Los desórdenes poblanos continúan con el
asesinato de los dueños y empleados de la fábrica "La
Covadonga" por un grupo de huelguistas. A pesar de que la ciudad es todo
un desolador campo de batalla, Madero entra en ella avanzando a pie
temerariamente desde la estación, porque en valor nadie le gana.
El delirio de la multitud al recibirlo es inenarrable. Se aloja en la
casa de Aquiles Serdán y desde uno de los balcones habla al
pueblo, que se deshace en aclamaciones de júbilo. Como Zapata, desde
Morelos, amenaza con avanzar sobre Puebla para castigar a Blanquet,
Madero lo aplaca con una orden telegráfica.