(Al margen izquierdo un membrete que dice: "Correspondencia
Particular del Gobernador del Estado de Morelos".)
Cuernavaca, diciembre 12 de 1911
Señor don Francisco I. Madero,
Presidente de la República
México
Señor de todo mi respeto:
Haciendo abstracción de la campaña personalista que el
periódico que se publica en esa capital bajo el nombre de "DIARIO
DEL HOGAR", tiene emprendida de tiempo atrás en mi contra y
respecto de la cual ya tomaré las medidas que a mi derecho convengan,
me permito llamar la atención de usted sobre que la campaña
zapatista llevada a cabo por dicho periódico correlativamente con
la antes dicha y por medio de la cual se pretende justificar los atentados
de todo género cometidos por las hordas zapatistas en diversos puntos
de este Estado y de los limítrofes, es altamente desmoralizadora,
pues que el carácter heroico y razonable que se quiere imprimir
a los actos de Zapata es un poderoso estímulo, un grande aliciente,
un aliento evidente para la clase ignorante del pueblo, entre la que se
recluta la gente que milita al mando del expresado rebelde.
Según el criterio que informa los artículos del "DIARIO
DEL HOGAR", el asesinato es legítimo, el robo lícito
y justos los atropellos que los zapatistas cometen con las familias, y
ese criterio solivianta al bajo pueblo en contra del Gobierno y presta
facultades de resistencia a los alzados en armas, siendo causa de que la
pacificación del Estado no se lleve a cabo con la eficacia y presteza
que serían de desearse. Y acaso la influencia de esa conducta del
"DIARIO DEL HOGAR", trascienda a los otros lugares del país
en donde hay focos de revuelta.
Esa conducta del "DIARIO DEL HOGAR", cae, señor Presidente,
en mi concepto, bajo los preceptos del Código Penal, como que significa,
en cierto modo, la apología de los delitos más repugnantes;
pero, sin permitirme insinuarle medios a usted y repitiendo 'que por lo
que toca a la campaña personalista' del repetido periódico
ya la dirimiré en la forma y tiempo que estime conveniente, creo,
señor, que el Gobierno General debe hacer cesar esa labor de encomio
para Zapata, que es fuente de males para la nación en general.
De usted, como siempre, Afmo. adicto y S.S.
Ambrosio Figueroa