Junio 1. Convienen Emiliano Zapata, Manuel D. Asúnsolo
y Juan Andréu Almazán, en Cuernavaca, en la urgencia de
marchar hacia la ciudad de México, para que cuando llegue el
jefe de la Revolución, Francisco I. Madero, cuente con gente
adicta y no quede a merced de los federales. Hoy comenzaron a salir,
formando la vanguardia la columna de Almazán, con cuatrocientos
indios tlapanecos, que le proporcionó Ambrosio Figueroa para que
presumiera en la capital; fueron seguidos por el grueso de las fuerzas
de Zapata y cubren la retaguardia las de Asúnsolo.
Se alojan en San Ángel, D.F., las fuerzas de Juan Andréu
Almazán, que forzaron su marcha desde Huitzilac, donde recibieron
un mensaje del Secretario de Gobernación, licenciado Emilio
Vázquez Gómez, ordenándoles que permanecieran en
Cuernavaca. Zapata y Asúnsolo obedecieron, no así Almazán,
que no se resignó a que sus inditos se quedaran sin conocer la
capital de la República.